PREPARACIÓN PARA LA CONSAGRACIÓN DE LA EMPRESA
DÍA 1: La pregunta más importante
+ En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
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LECTURA BÍBLICA: TESORO EN EL CIELO
MATEO 6,19-21;33
No amontonen tesoros en la tierra,
donde hay polilla y herrumbre que corroen, y ladrones que perforan y roban.
Amontonen más bien tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni
herrumbre que corroan, ni ladrones que perforen y roben.
Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.
Busquen primero el Reino de Dios y su justicia, y todas esas cosas se les darán por añadidura.
REFLEXIÓN: LA PREGUNTA MÁS IMPORTANTE
¿Por qué existes? Tu vida tiene un propósito y un significado inherentes que van más allá de los productos aleatorios de la evolución. En lo más profundo de tu ser, anhelas la plenitud, ya sea la felicidad, la paz o el éxito, que los logros materiales por sí solos no pueden satisfacer. Este anhelo refleja que fuiste creado por un Dios personal que desea tener una relación contigo, tal y como se expresa en el Catecismo de la Iglesia Católica: encontramos la verdadera felicidad en la comunión con Dios.
Todos los aspectos de la vida —la riqueza, la popularidad, la amistad—tienen su lugar, pero no pueden satisfacer nuestros deseos más profundos. Solo una relación amorosa con Dios proporciona el significado y el propósito esenciales para una vida verdaderamente satisfactoria.
Esta comprensión actúa como una brújula, guiando tus decisiones y proporcionándote fuerza contra las tentaciones. La historia de Santo Tomás Moro es un ejemplo de ello, ya que se mantuvo fiel a Dios ante una presión tremenda y, antes de su ejecución, pronunció la famosa frase: “Muero como buen servidor del rey, pero primero de Dios”. Dar prioridad a tu relación con Dios es fundamental para alcanzar la verdadera plenitud y la felicidad duradera.
Hay muchas preguntas que podemos y debemos hacernos en la vida, como ¿qué quiero de la vida? ¿Qué quiero para mi familia? ¿Qué quiero para mi empresa? Hoy nos detenemos ante la pregunta más importante que arrojará luz sobre todas las demás: ¿por qué existo?
ORACIÓN DE LA NOVENA
Señor Jesucristo, te adoro con todo mi corazón. Confiando en tu profundo y personal amor por mí, hago esta novena en preparación para la consagración de mi empresa a tu gloria y a tu servicio. Te pido que purifiques mi corazón y que hagas de la consagración un acto sincero de amor y devoción que redunde en tu gloria, ahora y en los años venideros”. Te pido humildemente que protejas mi empresa y a todos aquellos que están o estarán relacionados con ella de alguna manera: el equipo directivo, los empleados, los clientes y todos los que entran en contacto con ella. Haz de esta empresa una verdadera fuente de consuelo para ti, un canal de tu poderoso e ilimitado amor, y un instrumento que sirva para consolar, fortalecer e inspirar a muchos, especialmente a los más necesitados de tu misericordia.
Confiando en tu promesa de que todo lo que pidamos al Padre en tu nombre nos será concedido, te presento hoy humildemente las siguientes peticiones:
[Expresa aquí tus peticiones personales para tu empresa].
Haz con mi empresa lo que quieras. Tú me la diste. A ti te la devuelvo.Do with my business whatever you will. You have given it to me. I return it to you.
¡A ti sea la gloria, la alabanza y la acción de gracias por toda la eternidad!
ORACIONES FINALES
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en tentación, y líbranos del mal. Amén
Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, los pecadores, ahora y en la hora
de nuestra muerte. Amén
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén
Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
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